Greenhouse

Greenhouse
Kamabai (Sierra Leona)

jueves, 30 de junio de 2011

Pozos

Desde que estoy en Sierra Leona, he tenido la suerte de poder ir a diferentes comunidades del norte del país. Lo que primero te llama la atención, son las grades baffas que se levantan a los lados del camino. Este tipo de construcción permite a las personas locales tener cobijo y poder encender un fuego cuando llueve. Pero no son viviendas muy seguras y consienten la entrada de todo tipo de animales, bichos e incluso de la lluvia.



Otro aspecto que te llama la atención es ver a todas las personas salir de su baffa cuando un coche que contiene un “blanco” cruza su pueblo. A mí me impresionó la forma que tienen de mirarte, es una mezcla entre miedo y admiración. Miedo porque no están acostumbrados a ver un blanco en su comunidad y admiración porque piensas que vas a solucionar todos sus problemas. Pero realmente ellos no tienen problemas hasta que no les explicas que pueden mejorar sus condiciones de vida.
Cuando digo que ellos no tienen problemas, no es porque no los tengan, si no porque ellos consideran que vivir en las condiciones que viven es lo normal, y por lo tanto tienen que resignarse y seguir como hasta entonces lo han hecho.

Pero entonces ves a todos esos niños con las tripas hinchadas y las hernias que abultan su ombligo de manera alarmante. Al principio pensaba que era una forma de belleza para ellos, pero hablando con la gente de la comunidad, me dijeron que no era más que una mala praxis médica. Por este tipo de problemas, muchos niños y adultos son condenados a vivir el resto de su vida con hernias y deformaciones dolorosas.
Las tripas hinchadas están provocadas por la ingestión de agua en mal estado. A simple vista estos niños parezcan saludables, con tripas generosas por la alimentación, pero no es nada parecido a la realidad. Es importante destacar que posiblemente estos niños, si tienen suerte, sólo coman una vez al día y siempre arroz con plassas. Por lo tanto su generosa barriga no se debe a su alimentación, si no a tener la tripa infestada de gusanos.
Aquí es donde quiero llegar a parar, a la importancia de la construcción de pozos en las comunidades.
Actualmente, la gestión del agua es muy importante para que no llegue “un futuro sin agua”.  La gestión del agua es muy importante para todo el planeta, se habla de un COLAPSO entre 20 a 25 años.  Llueve menos, la desertización aumenta, la deforestación también y esto permite que no haya tantas precipitaciones.

El agua, es fundamentar para evitar enfermedades y para la subsistencia de la gente.  Cada 4 segundos muere una persona en el mundo por falta de agua y la mortandad es mayor en aquellos países con escasez de agua y enfermedades.

Desde que terminó la guerra civil, desde la Misión, se está invirtiendo en la construcción de pozos. Personalmente creo que es uno de los mejores legados que podemos dejar a nuestras generaciones futuras, ya que permite mejorar las condiciones de una población de manera significativa.
La construcción de un pozo puede rondar entre unos 4000€ y pueden tardar en construirse aproximadamente unos 2 meses. El tiempo varía en función de su profundidad y esta a su vez de la aparición del agua superficial.
A través de la Comunidad de Madrid, se llevan construidos más de 36 pozos en el Norte del Bombali District en comunidades como Kakayon, Bumban, Kaintiry,… y se esperan construir muchos más.
Un problema que existe en las comunidades que disponen de un pozo, son los usos que se le dan a este. Solo sacan agua para cocinar y bebe, por miedo a que se les agote y no son conscientes de que esta agua también puede usarse para solventar sus problemas de higiene y sanidad. Son capaces de desplazarse muchos kilómetros con el fin de lavarse en el rio más cercano y con ello se perjudica su estancia en las clases y en el trabajo.
Actualmente se está trabajando en la educación en sanidad, que es un punto importante dentro de los proyectos de desarrollo.

miércoles, 29 de junio de 2011

Freetown


Freetown es la capital de Sierra Leona, una ciudad puerto y centro comercial que podría afirmarse, es el área más rica de un país donde la pobreza hace estragos. Freetown es una ciudad capital que a la par de los extensos conflictos sociales, sobrevive de la mano del intercambio de mercancías y la exportación.

Actualmente la mayoría de los mercados está formada por libaneses y chinos. Es curioso ver una ciudad donde los precios de los productos que venden en las tiendas, superan por mucho el salario mínimo que al día, es capaz de cobrar un trabajador en Sierra Leona.
Una botella de alcohol puede llegar a costar no menos de 12 €, y al día, un trabajador, tiene un salario por 8 horas que no supera el euro y medio. ¿Entonces a quién va destinado este tipo de artículos? Sobre todo a las personas occidentales que trabajan en ONG´s y en African Minerals.

Nombrar que la empresa African Minerals están realizando infraestructuras en toda la parte central del país con el único fin de sobreexplotar los recursos minerales de las minas. ¿Y qué material sacan de las minas que resulte rentable invertir tanta cantidad de dinero en el país? Pues nadie lo sabe.
Freetown nació como una ciudad fundada por esclavos ingleses que retornaron a África liberados. Nacida como un asentamiento base controlada por los británicos, fue el punto de partida para una más de las aventuras colonialistas europeas del siglo XIX. La historia de la ciudad, es una sucesión casi permanente de conflictos de poder.
Freetown cuenta con un Aeropuerto Internacional (Lungi) al que yo llegué hace apenas un mes. Este se encuentra,  al otro lado de la ribera de la ciudad y para pasar hacia el otro lado se puede realizar de dos formas: por mar ó aire.  
Si tuviese que definir la capital, yo la definiría como un desorden desordenado. Muchas veces cuando una persona es desordenada, esto puede ser a los ojos del que le observa, puesto que esta persona puede saber donde se encuentra cada una de sus cosas. Pero ahora imaginar la situación en la que una persona diferente entra en el cuarto de otra persona que a simple vista parece desordenada y comienza a revolver todas sus cosas y a esconderle  otras. Cuando la persona vuelva a su habitación posiblemente encuentre todo muy desordenado, pues así es Freetown.
Es un cúmulo de personas, coches, motos, más personas y más coches, que circulan sin ningún tipo de dirección y jugándose la vida en cada paso que dan. En cuestión de 2 horas, que es lo que tardas en cruzar la ciudad en hora punta, puedes ver y escuchar de todo. Yo creo que el sonido es enloquecedor, por la cantidad de pitidos y ruidos que se pueden escuchar. Os puedo asegurar que no es una ciudad donde a mi me gustaría vivir.

Pero luego tienes una de las playas más bonitas que he podido ver nunca. Con un agua cristalina y calentita, que de verdad parece que estás en el paraíso. Eso es una de las cosas por las que merece la pena ir a Freetown, la mar.

Y como dice mi tía:” La mar, la mar, que gran tema para soñar”.

viernes, 24 de junio de 2011

Tu historia

Posiblemente esté fuera de lugar escribir en este blog de cualquier cosa que no tenga que ver sobre Sierra Leona, pero hoy me vais a permitir que os cuente la historia de una gran persona,  mi tío.
Si una persona es capaz de llegar hasta lo más profundo de otro corazón y éste, desea contar su historia, no hay nada más grande que te conviertan en inmortal. Pero no es una simple historia la que hace que perdures en el tiempo; son tus actos, tu familia, tus amigos y enemigos, tu vida,… la que puede hacer cambiar la vida de todas las personas que están a tu alrededor.
Hace tiempo escuché un cuento en el que se decía que el corazón más bonito no era el corazón más perfecto, sin ningún tipo de herida, ni brecha, ni pedazo incompleto, sin remiendos ni cicatrices. El corazón más bonito era aquel, que a la vista se hacía más feo, que estaba compuesto por pedazos de otros corazones, por heridas nunca cicatrizadas y por otras ya sanadas. El corazón más bonito era aquel, que había compartido su vida con las demás persona, había querido y se había dejado querer, había odiado y se había dejado odiar, en definitiva, aquel que ha formado parte de la vida como en una espiral de encuentros, que no se dejaba cerrar por miedo a quedarse vacío.
Así era el corazón de mi tío, un gran corazón en un pecho pequeño, un gran conjunto de pedazos que le permitieron vivir completo y que después de sesenta y tres años vio cumplido su sueño.
Vivió plena su juventud junto con mis abuelos y mi madre, estudió y disfrutó de la vida. Consiguió el amor de una gran mujer, una luchadora y una preciosa persona y junto con ella pasó el tiempo más feliz de toda su existencia. Consiguió estar en lo más alto, para bajar de nuevo y logró ser lo que siempre quiso, un artista (al menos para nosotros lo era).
Me identifico con él y me veo siendo él dentro de muchos años. Me enorgullece parecerme a una persona a la que admiro y quiero.
No habrá un solo día en el que no de las gracias por poder tener en mi corazón un gran pedazo del tuyo, porque eso es lo que nos hace perfectos, eso es lo que nos hace inmortales.
Te queremos

miércoles, 15 de junio de 2011

De todo menos leones

Cuando eres pequeño y tu madre te dice: “No toques nada”, bueno, pues aquí se tendría que añadir, “Si tocas algo, ese algo seguro que te come”. Y digo esto, porque en mi vida había visto más animales diferentes sin que estuvieran tras un cristal.

Además estos animales, suelen adoptar la forma de máquinas diseñadas por el hombre, me explico: aquí los mosquitos parecen helicópteros, las lagartijas parecen perros y las serpientes parecen el “metro de Madrid”.


Me lo tomo con normalidad, pero desde que estoy aquí, he podido ver culebras, dos pitones y una mamba marrón.  La mamba es una de las serpientes más peligrosas del Mundo, y es bastante común por aquí. Pero no os preocupéis, debido a mi absoluto miedo a las serpientes, evito todos los lugares por donde podrían estar, solo me acerco a ellas cuando están muertas.
Cuando voy a comer a la casa y tengo que salir de la guess house, llevo una linterna que muevo con absoluta desconfianza en todas las direcciones. Además, como todo el mundo esta acostumbrado y sabe que yo me muero de miedo, se pasan el día diciéndome:”snake, snake”.
Lo que peor llevo las picaduras. Tengo las piernas llenas. Imagino que no serán de mosquitos, porque tienen más pinta de araña o pulgas, pero no paro de rascarme y de maldecir a todos los insectos (que aparte se están comiendo mis plantas).

Por lo demás sigo bien, con cuidado y con la medicación, que aquí el principal problema es la malaria y tomar todas las medidas de precaución siempre es poco. Conforme te vas acostumbrando a la vida aquí, vas bajando la guardia y pones menos atención a tu alrededor. Gracias a que cada día algo nuevo me sorprende, sigo atento 100%.


martes, 14 de junio de 2011

GreenHouse

Llevo dos semanas en Kamabai y aun no he explicado  porque he venido a uno de los países con el menor índice de desarrollo humano.
Desde el año 2006, el voluntariado en la región se está incrementando exponencialmente. Parece que poco a poco la conciencia social va abriendo nuevas puertas y nuevos mundos.
En el año 2008, entre la Universidad Politécnica de Madrid (Pilar Linares) y la  Misión Católica de Los Agustinos Recoletos en Kamabai, se concretó la instalación de un invernadero de 480 m2 con el fin de dar una sostenibilidad alimentaria en la región. Después de la instalación y la posterior puesta en marcha, no se obtuvieron los resultados  esperados. Esto fue debido entre otras cosas a las condiciones de la región y a la falta de material local.
Aquí aparezco yo. En Noviembre de 2010, se me plantea la posibilidad de realizar mi PFC justificado como cooperación para el desarrollo.
Y entonces aparece el invernadero y decido enfocar el PFC en el diseño de una metodología para la implantación de cultivos mediante ensayos. Aparentemente parece fácil, pero la falta de información y de datos, dificulta en gran medida el desarrollo del estudio.
Termino la carrera y entonces aparece la posibilidad de poner en práctica lo desarrollado  en mi PFC. Gracias a la intervención del grupo de colaboración RISE (Red de Ingeniería Solidaria y Educativa) se financia el proyecto y mi estancia aquí se convierte en realidad.
El invernadero de Kamabai es el único invernadero de la región. Se levanta majestuoso con las montañas de fondo, las cuales marcan la entrada y salida del viento en la Misión. Ahora se levantan verdes en comparación de la época seca, con su característica agricultura de corta y quema, que convierten la región en un triste tono gris ceniza.
El invernadero (greenhouse) tiene 480 m2 y se encuentra dividido en dos zonas con 8 líneas de cultivo en cada una de ellas. Existe una ligera pendiente que permite realizar la recolección del agua de lluvia por gravedad. Desde el primer momento me llamo la atención que gente de diferentes pueblos vienen únicamente para ver su estructura, ya que, aquí llama significativamente la atención.


Un invernadero  permite producir fuera de temporada y mejorar las condiciones con respecto al exterior. El principal problema, es que, la temperatura del exterior es mejor que la temperatura que se produce en el interior, La temperatura media del exterior, suele oscilar entre los 30 grados aproximadamente, mientras que la interior entre los 34. Es un problema, dado que estamos registrando picos de temperatura que alcanzan los 50 grados. Así ¿cómo va a nacer nada? Pero si a este problema le añades la existencia de numerosas plagas y enfermedades,  las cosas se complican mucho más. No se puede permitir la entrada de ningún animal (plaga), pero si tienes todo herméticamente cerrado, corres el riesgo de ralentizar el ritmo normal de crecimiento de los cultivos y favorecer su muerte.

Por ello, ante estas circunstancias hemos decidido hacer mejoras en la cubierta del invernadero, cambiando el plástico por tela mosquitera y diseñando un nuevo sistema de sombreo que permita rebajar la temperatura unos grados.
Mientras tanto hemos empezado a realizar ensayos, y ya tenemos plantados los primeros tomates desde que estoy aquí. Anteriormente Juan Jesús, Fue realizando ensayos y gracias a ello, disponemos de datos que permiten tomar decisiones con respecto a los cultivos.


Estamos a la espera de recibir el tercer contenedor de España, ya que, en él, disponemos de material fitosanitario para hacer frente a las plagas. Estamos informándonos de cómo podemos conseguir plaguicidas locales, pero aquí todo va un poco lento y parece que nos va a costar más de lo debido.
Os seguiré informando sobre cuál es la evolución de los cultivos y de si conseguimos rebajar la temperatura del interior del invernadero, aunque solo sean unos grados.



Junto con Adama realizando el trasplante de tomates en el invernadero.

miércoles, 8 de junio de 2011

La Misión

Llevo una semana en Kamabai, desde que pisé tierra firme entre una tormenta de agua caliente.
Actualmente nos encontramos en un periodo de transición de época seca a época de lluvias, de tal forma que las tormentas eléctricas forman parte constante de las noches tropicales. Desde mi llegada puedo presumir de haber vivido 5 de las 9 noches, con tormenta, que al no estar acostumbrado, me desvelan cada media hora. Pero el peligro real de estas tormentas radica en su atracción por los elementos eléctricos, más concretamente por el generador de la misión. El segundo día de estar aquí, la tormenta estropeó durante toda la mañana el sistema eléctrico de la misión.
Otra de las consecuencias de esta época, son las lluvias torrenciales. Cuando menos te lo esperas cae una buena cantidad de agua caliente que paraliza momentáneamente la actividad de la misión. El problema es que al llover torrencialmente, las madrigueras de los animales se llenan de agua, y por lo tanto tienen que salir a buscar un nuevo lugar donde esconderse. Por ello es importante andar con cuidado, sobre todo por la noche, ya que, desde que estoy aquí, he podido ver 2 cobras y una culebra. Es preferible llevar encima siempre una linterna, y si vas con alguien local, mucho mejor, ya que, se conocen el terreno y aunque parezca mentira pueden hacer frente a la serpiente. Desde que está aquí, José Luis, ha matado 3 cobras, y creerme, una cobra en posición de ataque, da muchísimo miedo.
La misión se encuentra activa desde el año 2006 y desde la llegada de José Luis (Grampa) se han realizado gran cantidad de mejoras: se ha creado una casa para los cooperantes (donde vivo yo), un recinto cerrado para el ganado, un corral para las aves, y lo más importante electricidad, agua e internet.
Con la llegada de Manuel, en el año 2008, se empieza a formar una comunidad religiosa reforzada por su creencia en el trabajo social más que en el trabajo pastoral. De esta forma se empiezan a realizar proyectos de desarrollo financiados con capital extranjero a partir de la ONG ARENALDE. Estos proyectos parten de dos pilares fundamentales, la sanidad y la educación. Por ello se empieza a potenciar la construcción de escuelas primarias y secundarias y el abastecimiento de pozos en zonas marginales.
Un dato que me llamó la atención fue la presión ejercida por José Luis a la hora de luchar contra tradiciones tan aberrantes como es la ablación genital femenina. José Luis ofrece la posibilidad de construir un pozo con su infraestructura y sus trabajadores, a cambio de eliminar ese rito cultural de la sociedad.
En septiembre del 2010, llegó a la Comunidad Russell, un filipino que se encarga de las finanzas dentro de la misión. Destacar que junto con Manuel, son los electricistas, fontaneros, y lo mecánicos más profesionales que he podido ver nunca.
En febrero del 2011 llega a la misión Juan Jesús, un mexicano el cual se encarga de la agricultura y ganadería de la misión. Es una persona con muchos conocimientos y con una facilidad de enseñar admirable. Siempre que me siento a tomar una cervecita con Grampa y él en el porche de la entrada, sale el mismo comentario. “Imagínate cuando produzcamos nuestra propia carne, cuando tengamos nuestra propia leche y cuando convirtamos el greenhouse en una escuela donde podamos enseñar a los más jóvenes como producir sus propios alimentos”. Creo que después de todo lo que están haciendo aquí, es un futuro muy cercano.

De izquierda a derecha Jose Luis (Grampa), Juan Jesús (Johny), Russell y Manuel. Es la primera cena con ellos, y me sorprendieron con langostas. Imaginad uno de los países más pobre del mundo con uno de los alimentos más caros del mundo. Aquí las dos docenas de langostas salen a unos 12 €.

miércoles, 1 de junio de 2011

Principio

En mi primera entrada al bloj, voy a tratar de describir las sensaciones que viví durante el viaje a Kamabai.
En primer lugar se hace muy difícil dejar tu casa atrás, aun a sabiendas que tan solo voy a estar seis meses fuera de ella. Creo que la aventura se torna más difícil para la gente que sabe que  te vas, que para ti mismo. Ahí es donde residen todas mis preocupaciones, porque realmente  la decisión que he tomado no solo me afecta a mí, sino a todos los que están a mí alrededor. Por ello estoy muy agradecido a mi familia y a mis amigos y especialmente a mi novia, porque en todo momento me he sentido con fuerzas gracias a ellos.
Después de la despedida, he podido descubrir que no soy emocionalmente tan fuerte como esperaba. Imagino que con el tiempo, cada vez se irá reduciendo mas el nudo que aprieta mi estomago, que el estar en otro lado del Mundo no es tan fácil como parece.
Pero bueno, las sensaciones que se viven en un lugar como éste son únicas. Estamos tan acostumbrados a ver por la televisión escenas de África o de la gente de África que cuando piensas en realizar un viaje semejante, puedes llegar a pensar que nada de lo que veas te pude impresionar. Pero no es así, cada vez que doy un paso y lo veo lo que tengo a mi alrededor, me sorprendo, cada vez que se me acerca un niño pequeño y me da la mano, me enternezco, cada vez que alguien al que no conozco se me acerca para saber quién soy, me alegro, y así con todo.
La llegada al aeropuerto es difícil, pero merece la pena.
Los días se van pasando conforme te vas adaptando y de la misma forma deseas que nunca pasen, porque te vas dado cuenta que poco a poco vas formando parte de esta cultura. Cuando paseo con  Juan Jesús por los caminos y veo que todo el mundo le saluda por su nombre, me da una envidia sana que rápidamente desaparece cuando me preguntan el mío.
La casa de cooperantes es bastante cómoda y tenemos la suerte que aunque a trompicones funciona internet así que en la medida de lo posible seguiré escribiendo, no solo para contaros mis emociones aquí, sino también para mostraros lo que se vaya consiguiendo en los proyectos del invernadero y de la maquina ponedora.